Ante una catástrofe de salud mental:

                                               La crisis agrícola de la década de 1980

Kenny y Sue Massey de Hollandre son consolados por un miembro del clero afuera del juzgado del condado de Iowa en Dodgeville, Wisconsin después de perder su casa y granja familiar a causa de ejecución hipotecaria en marzo de 1986. Wisconsin State Journal [Periódico del Estado de Wisconsin]. Foto por L. Roger Turner.


   En las zonas rurales de Wisconsin en la década de 1980, otra catástrofe de amplio alcance llegó a la cima. Durante la década de 1970, las granjas en los Estados Unidos expandieron debido a que los dueños compraron equipo nuevo y más grande, más terreno, y expandieron las operaciones del ganado. Como una consecuencia de la invasión soviética de Afganistán en 1970, se le impuso un embargo de grano a Rusia. Junto con la alta inflación y las medidas de austeridad del presidente Ronald Reagan, los granjeros no solo no tenían donde vender sus productos, sino también no pudieron recibir préstamos para financiar la expansión de sus operaciones.
 
Las deudas aumentaron sin alivio a la vista. El resultado fue la devastación de las comunidades rurales. Entre los años 1978 y 1991, Wisconsin perdió 18.546 granjas porque las operaciones grandes y pequeñas fueron abogiados por la deuda. Durante los años más arduos de la crisis, los granjeros se enfrentaron a un ambiente económico peor que la Gran Depresión. Enfrentarse a la bancorrota o la realidad de tener que vender todo lo que representaba tanto su sustento como su identidad causó un estrés inmenso para los granjeros, sus familias y sus comunidades.
 
Los granjeros tenían pocas opciones para combatir el estrés, la ansiedad y la depresión profundos que la crisis causó. Los gobiernos estatales y federales no se compremetían con proveer la asistencia necesaria y lo que había comenzado como una crisis económica se convirtió en una crisis de salud mental rápidamente. Un estudio de 1985 encontró que las tasas de suicidio de los granjeros eran dos veces más altas que las de otras profesiones. Los granjeros mayores de 65 años de edad tenían tasas de suicidio tres o cuatro veces más altas que la población no agrícola. Las comunidades rurales no tenían la infraestructura adecuada para tratar problemas de salud mental.

“The Mass could not do any harm. We’ve tried everything else” [La misa no podría hacer ningún daño. Hemos intentado todo lo demás].

                                  -El granjero Donald Schesel de Stanley, WI

Los miembros de la comunidad de Stanley, Wisconsin se congregan para la misa en 1988. Foto del Chippewa Valley Museum [Museo de la Chippewa Valley].

 
   A menudo, el clero local era el único miembro de la comunidad con el que los granjeros estaban cómodos para pedir ayuda, y los pastores intentaban compensar el vacío causado por la falta de infraestructura de sandidad pública. Frente la indiferencia a la crisis de los oficiales estatales y federales, las comunidades locales utilizaban la religión como una salida para los granjeros desesperados por ayuda. En el julio de 1988, 250 personas asistieron a una misa católica en una zona quemada de un campo de alfafa en Stanley, Wisconsin. Allí el granjero Donald Schesel resumió la impotencia que él y tantos otros sentían, diciendo "the mass could not do any harm. We've tried everything else" [El misa no podría hacer ningún daño. Hemos intentado todo lo demás].
 
En una carta de 1985, el activista granjero Lee Theorin escribió, "I see family farmers losing their farm businesses, their land, their dignity, and even their families" [Veo a las granjas familiares perder sus negocios agrícolas, sus terrenos, su dignidad e incluso sus familias]. Lee dio a entender el éstres mental que los granjeros experimentaban, pero su perspectiva caracteriza la de los grupos activistas de la era, los que trabajaban durante un momento histórico en el que las preocupaciones de salud mental no se reconocían y se desestimaban en la vida pública.
 

Un artículo de prensa de 1988 que les avisa a los granjeros contactar a los profesionales de salud para resolver el estrés. Foto del Chippewa Valley Museum [Museo de la Chippewa Valley].

   

   En una entrevista con Lutheran Standard, el granjero Douglas Harsh describió el desamor y el trauma de verse forzado a vender su granja de 1.110 acres. Harsh admitió que estaba tan deprimido que abusaba verbalmente de su familia. Después de asistir a un mitin en Mondovi, Wisconsin -- donde los granjeros locales se habían organizado para enfrentar a los oficiales de una agencia de financiación -- Harsh descubrió que no luchaba solo y que perder su granja no era un fracaso personal. Harsh se sentía obligado a convertirse en activista, y su trabajo generó conciencia sobre la crisis granjera entre los políticos además de fundar líneas de atención que proveían terapia de salud mental para los granjeros.